La nueva exhibición del Palais de Glace en el Centro Cultural Borges reúne más de 70 obras de su patrimonio.

Texto curatorial

La presente exhibición marca el inicio de un nuevo trayecto para el Palais de Glace – Palacio Nacional de las Artes. Para ello, buscamos poner el foco en la colección, que se dispone de forma coreográfica. Las obras, provenientes de diversas temporalidades y entornos de producción, se exhiben a modo de una gran instalación, con el objeto de propiciar nuevos cruces y lecturas contemporáneas del acervo. Más de 70 piezas reciben al visitante en tres amplios conjuntos, que se despliegan en todas las dimensiones de la sala favoreciendo una experiencia totalizante. 

Inaugurado en 1910 con motivo del centenario de la Revolución de Mayo, el Palais de Glace ha acogido diversas expresiones de la cultura nacional. Temprano escenario de esparcimiento de la sociedad porteña de principios de siglo XX, pronto reemplazó su pista de patinaje sobre hielo por pisos de roble y orquestas de tango. A comienzos de la década de 1930 transformó su característica planta circular en salas de exposición, convirtiéndose en una institución artística de primer orden. Incontables exhibiciones poblaron sus espacios, pero fue el Salón Nacional de Artes Visuales –el certamen artístico más longevo del país– el que consagró al Palais de Glace en su rol protagónico dentro de la historia del arte argentino. 

El Salón Nacional llega a nuestros días enriquecido por los aportes de las sucesivas gestiones, que persiguieron el objetivo de ampliar sus bases. La periódica realización del concurso, sumada a un conjunto de donaciones y adquisiciones, dio lugar a una colección de más de 1200 piezas, 75 de las cuales forman parte de la presente exhibición. De esta forma, Experiencias contemporáneas de arte argentino condensa el devenir del acervo en una gran obra coral, donde cerámicas, esculturas, textiles, pinturas, grabados, dibujos, fotografías y videos se cruzan y despliegan nuevos sentidos.

Listado de artistas 

Adriana Antidin, Carolina Antoniadis, Ernesto Arellano, Hugo Aveta, Elba Bairon, Rodolfo J. Bardi, Fernando Coco Bedoya, Ana Benedetti, Miguel Ángel Bonino, Susana Bredt, Ary Brizzi, Miguel Ángel Budini, Domingo Bucci, Miguel Burgoa Videla, Aída Carballo, Eduardo Carrera, Adriana Cerviño, Isabel Chedufau, Catalina Chervin, Santiago Cogorno, Cristina Comolli, Nicola Costantino, Rodolfo Eduardo Curcio, Danilo Danziger, Eduardo A. Daulte, Luis Raúl de la Fuente, Pablo Delfini, Antonio Devoto, Humberto Carlos Farro, Manuel Antonio Fernández, Oscar Pedro Ferrarotti, Ricardo Fuhrmann, Lydia Galego, Arturo García Rosa, Juan Hitters, Dora Isdatne, Myriam Jawerbaum, Kenneth Kemble, Rubén Osvaldo Lago, Carlos Leporace, Adriana Lestido, Sergio Carlos Levin, Florencia Levy, Aurelio Macchi, Juan Pablo Marturano, Eloísa Moras, Alicia Orlandi, Onofrio Pacenza, Ariadna Pastorini, Silvina Paulón, Ferruccio Polacco, Liliana Porter, Emilio Reato, Víctor Rebuffo, Elsa Rigoni, María M. Rodríguez de Soto Acebal, Susana Emilia Romano, Juan Carlos Romero, Alicia Sanguinetti, Carlos Andrés Scannapieco, Mariana Schapiro, María Elena Sieburger, Jorge Tapia, Miguel Victorica, Juan Andrés Videla, Wilfredo Viladrich, Vilma Villaverde, Roberto Viola, Antonio Zandegiacomo, Carola Zech, Pedro Zonza Briano.

Acerca del montaje

¿Qué pensamos por instalación

La noción de instalación remite a una práctica artística cuya materialidad principal es el espacio y el tiempo, es decir: un aquí y ahora. Puede estar compuesta por objetos tomados de la vida cotidiana o por piezas diseñadas y creadas por un artista. No se trata de una mera agrupación de objetos individuales, sino de la interacción entre las cosas entre sí y con su contexto

¿Por qué proponemos un montaje instalativo?

Esta exhibición pone el acento en la fuerza del conjunto, más allá de las piezas individuales. Al evitar una disposición secuencial o cronológica, las obras trasladan su peso al todo, que se despliega en todas las dimensiones de la sala de modo coreográfico. 

El montaje instalativo destaca el acto de selección de las piezas presentadas y plantea nuevos criterios y vínculos inesperados entre objetos ya existentes. Esta propuesta coloca en un primer plano al espectador, quien lejos de permanecer ajeno a las obras que se suceden frente a sus ojos, tiene la posibilidad de inmiscuirse en ellas, experimentarlas y recorrerlas.

¿Qué tipo de experiencia tenemos en mente? 

Para esta muestra fue fundamental indagar en el concepto de experiencia; y, al tratar sobre esta categoría, fue primordial pensar la noción de espectador. A menudo, las instalaciones artísticas ocupan toda una sala que el visitante debe recorrer para abarcarlas plenamente. Es por ello que buscamos constituir una experiencia unificada y completa en la que el espectador abandona el lugar pasivo de mero observador y se convierte en protagonista.

¿Qué entendemos por contemporáneo

El concepto de “arte contemporáneo” o “contemporaneidad" es una noción en disputa. Sin embargo, hay cierto consenso en usarlo como una definición para el arte del presente. Es por ello que, en torno a este debate, se vuelve dificultosa la tarea de formular propuestas estancas que solidifiquen el tiempo vivido que se presenta como veloz, simultáneo y desorganizado. 

A su vez, se destaca que esta nueva “era” o categoría no significa la llegada de un único estilo abarcador, ni la muerte de cierto estilo como tal, sino más bien la posibilidad de que todos los estilos pueden persistir y presentarse como anacronismos. Esta indefinición de los lenguajes hace que la coexistencia de distintas disciplinas eliminen un único punto de vista en pos de realizar un examen sobre la complejidad del tiempo actual. 

 ¿Cómo pensar lo contemporáneo en la exhibición de una colección histórica?

La periódica realización del Salón Nacional de Artes Visuales, sumada a una serie de donaciones y adquisiciones, dio lugar al surgimiento de una colección de más de 1200 piezas. Experiencias contemporáneas de arte argentino condensa el devenir del acervo en una gran puesta coral donde cerámicas, esculturas, textiles, pinturas, grabados, dibujos, fotografías y videos convergen y despliegan nuevos sentidos.

Ante la presencia de todo este recorrido histórico, material y estilístico, la exposición buscó pensar la vigencia del acervo. Para ello, a través del montaje instalativo, se propuso pensar la contemporaneidad de las obras exhibidas a partir de una noción ampliada sobre lo contemporáneo entendido como lo que se expone a sí mismo en el presente. De ahí que la instalación sea una forma privilegiada para dicho propósito, ya que se plantea como una determinada selección que se manifiesta en el aquí y ahora de la exhibición. 

La exposición podrá visitarse de miércoles a domingo de 14 a 20 h con entrada libre y gratuita en el Espacio Bon Marché del 2do piso del Centro Cultural Borges, Viamonte 525 CABA. Hasta el 15 de septiembre de 2024.