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Palais de Glace | Palacio Nacional de las Artes

Archivo del Palais de Glace con foco en el Salón Nacional de Artes Visuales

Esta sección se realizó en el marco de Plataforma Abierta, un espacio de documentación e investigación colaborativa sobre la historia y el funcionamiento del certamen. Formó parte del 111° Salón Nacional de Artes Visuales 2023 en formato expositivo. Curaduría: Eugenia González y Cecilia Martínez.

Introducción

Plataforma Abierta representa un espacio en constante construcción dentro del Salón Nacional de Artes Visuales. Su misión central es investigar, analizar, evaluar y documentar de manera colaborativa aspectos esenciales de la historia y el funcionamiento del certamen. Está dedicado a la autorreflexión, brindando a lxs participantes y organizadorxs la oportunidad de explorar y reinterpretar el Salón a fin de comprender y mejorar sus propios procesos y resultados.

En este entorno hemos impulsado iniciativas de diversas naturalezas. Entre ellas se destacan las Jornadas de Reflexión sobre el Salón Nacional de Artes Visuales, llevadas a cabo en la edición 2020-21, en las cuales se convocó a colectivos, asociaciones, profesionales y artistas para aportar sus perspectivas. También nos propusimos investigar aspectos relevantes de la historia del Salón, como la participación femenina y las denominaciones históricas de las disciplinas artísticas. Esta investigación se presentó al público en la edición 2022 a través de una línea de tiempo y una serie de gráficos. 

Para la edición de 2023 nos hemos propuesto un nuevo ejercicio: la apertura del archivo del Palais de Glace, con foco en el Salón Nacional, en formato expositivo. Con esta iniciativa, ponemos a disposición del público una multiplicidad de imágenes y materialidades que abarcan diversos momentos de la historia del Salón Nacional de Artes Visuales.

Cecilia Martínez y Eugenia González

El edificio

El Palais de Glace, diseñado por José R. Rey y Besadre, abrió sus puertas el 14 de julio de 1910 como una pista de patinaje sobre hielo y club social. La pista de 21 metros de diámetro estaba rodeada de palcos, mientras que en el primer piso se encontraban plateas, una confitería y un órgano musical. El techo abovedado con un lucernario proporcionaba luz natural y, en el subsuelo, se ubicaban los equipos de enfriamiento y las máquinas de hielo para mantener la pista en condiciones óptimas. 

A mediados de la década de 1910, el edificio experimentó una transformación notable. La pista de patinaje fue reemplazada por un salón de baile con pisos de roble, una adaptación que perduró hasta 1931. En ese año la gestión del edificio pasó a manos de la Dirección Nacional de Bellas Artes, que encomendó al arquitecto Alejandro Bustillo la tarea de remodelarlo para convertirlo en salas de exhibición. Bustillo dividió la planta circular en cruz, creando seis salas perimetrales y un espacio central. Además, en 1934, un equipo liderado por el artista Alfredo Guido creó tres impresionantes murales en su interior. En 1940, Bustillo realizó otra intervención que transformó la apariencia externa del edificio al retirar las columnas del acceso principal, eliminar las dos cúpulas de la cubierta, sustituir ventanas y eliminar balcones y ornamentaciones.

En 1954, el Palais de Glace se convirtió en un anexo de los estudios centrales de Canal 7, lo que resultó en la reubicación del Salón Nacional en el Museo Nacional de Bellas Artes y en el Congreso de la Nación. No fue hasta 1960 que el Palais de Glace recuperó su función como sede del Salón Nacional y de las Salas Nacionales de Exposición.

En 1980, el arquitecto Clorindo Testa llevó a cabo una segunda intervención en el edificio. En esta ocasión, creó una losa que funcionaba como un entrepiso y cubría el espacio central del edificio con una abertura en el centro. Esta modificación permitió recuperar la cúpula como fuente de iluminación central en el espacio.

Desde 2004 el Palais de Glace es Monumento Histórico Nacional. Actualmente el edificio se encuentra cerrado por obras de restauración, puesta en valor y adecuación tecnológica. Hasta su reapertura, el acervo del Palais de Glace se conserva en el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces y las oficinas funcionan en el Centro Cultural Borges. El Salón Nacional de Artes Visuales se realiza en el Centro Cultural Kirchner, Centro Cultural Borges y anteriormente en la Casa Nacional del Bicentenario. Las exposiciones temporales se realizan en otras instituciones en alianza con el Palais de Glace. 

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El Archivo

En esta edición del Salón Nacional de Artes Visuales 2023, nos proponemos abrir el archivo del Palais de Glace en un formato expositivo y poner a disposición del público una amplia variedad de imágenes que abarcan diversos momentos del certamen. Este enfoque no lineal se materializa a través de una cuidadosa selección de materiales fotográficos y documentales, los cuales se dividen en cinco grupos. Con esta estructura, buscamos explorar diferentes aspectos: desde el propio archivo en el que estamos trabajando, pasando un episodio clave como es el Certamen Nacional de Investigaciones Visuales de 1970 y 1971, los diseños expositivos que han articulado a las obras, las itinerancias de los Salones Nacionales y los  los variados momentos históricos del edificio Palais de Glace en su trayectoria.

Los materiales representan tan solo una fracción de la extensa historia del Salón Nacional de Artes Visuales. Desde 1932, año en que el Palais de Glace se convirtió en su sede, este archivo ha sido testigo de una valiosa colección de documentos históricos. Aquí encontramos desde los catálogos de los Salones Nacionales y los concursos específicos por disciplinas, hasta material hemerográfico, fotografías y negativos. Además, el archivo alberga fichas de inscripción, cintas magnéticas con discursos de apertura de las inauguraciones, diapositivas que documentan las obras presentadas por los artistas, folletos, videocasetes y una diversidad de materiales en distintos formatos. Una de las piezas más destacadas del archivo son las más de siete mil carpetas de artistas. Cada una de ellas contiene documentación original, proporcionando una perspectiva biográfica y un registro detallado de las obras creadas por artistas que han formado parte del certamen. 

En la actualidad, el patrimonio y el archivo del Palais de Glace se encuentran temporalmente alojados en un espacio provisional en el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces, a la espera de la finalización de las reformas en el edificio. Emprendimos la tarea de combinar fragmentos de esta historia en imágenes, con la intención de reavivar tanto la dimensión histórica como la potencia inherente a cada imagen. A través de este ejercicio, deseamos restaurar y activar la conexión en el presente con el pasado, manteniendo viva la esencia del Salón Nacional de Artes Visuales mientras anticipamos su futura revitalización en el edificio del Palais de Glace.

Un episodio

A fines de la década de 1960, el Salón Nacional evidencia claros signos de renovación. A diferencia de otras instituciones oficiales, como el Museo de Arte Moderno –creado en 1956 por Rafael Squirru– o el Museo Nacional de Bellas Artes –dirigido en aquellos años por el crítico de arte Jorge Romero Brest–, el Salón se había mantenido alejado del circuito modernizador. Sin embargo, entre 1967 y 1968, se reestructura el Jurado, se actualiza el monto de los premios y se crean dos nuevas secciones: Grabado e Investigaciones Visuales. Por primera vez, el Salón se abre a nuevas materialidades y formas de hacer arte, aunque en la práctica se privilegian únicamente propuestas cinéticas y lumínicas.

En 1970, la sección Investigaciones Visuales se independiza del Salón y se transforma en un Certamen Nacional con cierta autonomía. Un año después, un Jurado compuesto por Gyulia Kosice, Luis Felipe Noé y Alejandro Puente, entre otros, otorga a Ignacio Colombres y Hugo Pereyra el Gran Premio Adquisición por su instalación Made in Argentina, mientras que Gabriela Bocchi y Jorge de Santa María reciben el Primer Premio por La celda. Ambas obras denunciaban la situación de los militantes sindicales, sociales y políticos privados de su libertad por el gobierno de facto del general Lanusse, razón por la cual –mediante el Decreto 5696/71– el régimen decide excluirlas de la exhibición. Como se observa en el catálogo oficial, los premios son declarados desiertos, desautorizando la decisión del Jurado. Asimismo, las autoridades suspenden la inauguración de la muestra, prevista para el 12 de noviembre de ese año. Dicho acto de censura genera el repudio de artistas y organismos del campo cultural, dando lugar a diferentes acciones de denuncia, como la conferencia de prensa de la SAAP (Sociedad Argentina de Artistas Plásticos), cuyo informe se exhibe aquí junto a imágenes inéditas del Certamen. 

En 2002 se produce un hecho extraordinario: La celda, instalación que se creía perdida, es hallada en los sótanos del Palais de Glace junto a la lista de presos políticos que la conformaba. Años antes, Made in Argentina se había reconstruido bajo la supervisión de Hugo Pereyra, uno de sus autores originales. Finalmente, en 2004, la Secretaría de Cultura de la Nación decide realizar un acto de desagravio a favor de los artistas, recuperando ambas obras para el acervo público. Desde entonces, las piezas integran la colección del Palais de Glace, como testimonio material de la censura que caracterizó a nuestros años más aciagos.

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Las exposiciones

A lo largo de su historia, las exposiciones del Salón Nacional de Artes Visuales han variado en su disposición espacial, influenciadas por las sedes de exhibición, la organización de obras y las tendencias estéticas de cada período. Además del Palais de Glace (1932-1954, 1960-1980, 1985-2017), el Salón Nacional de Artes Visuales se ha celebrado en una variedad de sedes a lo largo de su historia, incluyendo la Comisión Nacional de Bellas Artes (1911-1931), el Museo Nacional de Bellas Artes (1956 y 1957), el Congreso de la Nación (1958), las Galerías Pacífico (1981-1984), entre otras. 

Hasta el año 1999 contemplaba solamente dos disciplinas: Pintura y Escultura. Las obras pertenecientes a Cerámica, Grabado, Dibujo, Fotografía y Textil tenían concursos individuales y, en consecuencia, exposiciones independientes. En ese año se unificaron conformando un Salón con ocho categorías, similar al formato actual. Una variedad de disciplinas que generó una alta demanda de espacio en el Palais de Glace. En el año 2000, se exhibieron 343 obras en diferentes locaciones: Pintura, Grabado, Fotografía y Artes Electrónicas en Palais de Glace; Escultura en el Centro Cultural Recoleta; Arte Cerámico, Arte Textil y Dibujo en Buenos Aires Design. A partir de entonces, se implementó un formato de exhibición en el que grupos de disciplinas se presentaban de manera rotativa cada dos meses, abarcando todas las categorías del Salón. Las divisiones generalmente eran: pintura y escultura; grabado y dibujo; textil y cerámica; y nuevos soportes y fotografía. También se realizaron exhibiciones en tres tramos, y en algunos años se realizaron en tándems. Además, se mostraban los premios adquisición de las otras disciplinas junto con pintura y escultura. Cabe mencionar que hasta el 2014 los artistas debían llevar sus obras físicamente para participar, luego se introdujo la presentación de una carpeta (2015-2017) y, finalmente la inscripción online, método utilizado actualmente.

Tras la reforma del reglamento en 2018, se incorporó la figura del curador/curadora en el Salón Nacional, encargado de seleccionar las obras como miembro del Jurado y de organizar una exposición conjunta donde se vinculan todas las disciplinas. Esta modalidad representa un desafío, ya que implica la tarea de crear un relato expositivo coherente al trabajar a distancia con las obras hasta el momento del montaje. La tarea de crear una exhibición en el Salón siempre ha implicado encontrar un sentido, ya sea por relación técnica o narrativa, en un conjunto cuya conexión puede ser fortuita. Quienes en los últimos años han sido curadoras han optado por organizar las obras en núcleos temáticos en correspondencia con las salas o las sedes, identificando así posibles lecturas que emergen, año tras año, de esta selección sincrónica de la producción nacional.

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Las itinerancias

Las itinerancias

El Salón Nacional de 1934, el número 24 desde su inauguración en 1911, introdujo una novedad: las obras premiadas en el certamen realizado en Buenos Aires tendrían la posibilidad de itinerar y exponerse en otros puntos del territorio. De este modo, la Dirección Nacional de Bellas Artes inaugura su programa de exhibiciones viajeras, que contó con cuatro ediciones y finalizó en 1937. Las giras incluyeron las localidades de San Salvador de Jujuy, Salta, San Miguel de Tucumán, Santiago del Estero, San Fernando del Valle de Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, Córdoba, Río Cuarto, Rosario, Santa Fe, Corrientes, Concepción del Uruguay, Paraná, Gualeguaychú, La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca. Sin embargo, los artistas de las provincias pronto señalaron la ausencia de oportunidades: la visita del arte de la capital no contemplaba la exhibición de sus obras y tampoco era frecuente su llegada al Salón Nacional.

El primer paso para contrarrestar la histórica hegemonía de Buenos Aires se dio en 1951, cuando hicieron su aparición los Salones Regionales. En lugar de que los artistas del interior fuesen aceptados o rechazados en la capital, el reglamento establecía una instancia previa, en la que un jurado de admisión por regiones seleccionaría a aquellos destinados a representarlas en el Salón Nacional. La novedosa medida –interrumpida luego del golpe de Estado de 1955–, sentaría las bases para la actual instancia de preselección regional, que en solo dos años logró un aumento de la participación de artistas de las provincias en un 20%. Por otro lado, las modificaciones introducidas en el reglamento en 2022 contemplan la cobertura del costo del transporte de aquellas obras seleccionadas que pertenecen a artistas que viven más allá del AMBA, con el objeto de afianzar el carácter federal e inclusivo del evento.

El programa de itinerancias retornó en dos ocasiones: durante los setentas y los noventas. Las imágenes que verán a continuación corresponden a la gira emprendida en 1979, en la que las obras ganadoras en las categorías de Pintura y Escultura visitaron un total de cuarenta y dos localidades. Entre las piezas exhibidas pueden identificarse La paz –acrílico de Miguel Dávila– y Tango –talla en madera de Domingo Arena–, hoy parte del acervo del Palais de Glace. Por último, completa el panorama una selección de las portadas de los catálogos de la década de 1990, en la que –en el marco del Plan Federal de Cultura– se recuperó la instancia de selección por regiones y las sedes de exhibición alternaron entre las cinco zonas geoculturales identificadas por la normativa: Centro, Litoral, Cuyo, Noroeste y Patagonia.  

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