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Palais de Glace | Palacio Nacional de las Artes

«Totempicololo» de Kenneth Kemble

Comentario de obra por Mariana Marchesi

Kenneth Kemble, Totempicololo, 1993, acrílico sobre tela, 200 x 163 cm
Gran Premio de Honor LXXXIII Salón Nacional de Artes Plásticas 1994

Un lienzo de dos metros de alto que se alza ante la mirada como un bloque, y que muchos habrán percibido por completo alejado de aquellos planteos estéticos radicales que lo habían instituido como uno de los popes del informalismo hacia fines de los años cincuenta. En ese entonces, el artista había formulado sus propuestas sobre la idea de la destrucción estética como método para la creación. Un año antes, Raúl Lozza, representante de la abstracción concreta y asiduo jurado del Salón, había repudiado el envío del artista de 1993 al señalar que “la pintura de Kemble no tiene unidad, posee partes preciosistas, contradictorias y cierta literalidad”. Justamente eran esas cuestiones las que Kemble había indagado a lo largo de su vasta trayectoria: romper con la unidad y la armonía para encontrar el sentido de la obra en la contradicción, en la tensión de los opuestos. Estos y otros elementos eran también los que lo acercaban a las tendencias que, a comienzos de los años noventa, emergían en la escena artística porteña: la revalorización del elemento doméstico, caracterizado por una sensibilidad decorativa que, en el caso de Kemble, se traducía en los patrones ornamentales a los que recurría para componer sus trabajos. Se trataba de diseños varios, muchas veces realizados a partir de papel de decoración que el artista rasgaba para elaborar sus “collages”, bocetos que luego trasladaba al lienzo. En esta pintura, los patrones ornamentales entran en tensión con los motivos geométricos de reminiscencias mayas, respetando el juego de oposición de formas y planos que siempre usaba como guía rectora de la composición. A través del proceso de destrucción y de reconstrucción de su propio universo cotidiano, revisitaba, ahora con una mirada más hedonista, las propuestas del arte destructivo.

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Mariana Marchesi